Balance de situación

El balance de situación es un estado financiero que forma parte de las cuentas anuales de la empresa, y que refleja la diferencia entre sus bienes y sus deudas.

De todos los informes financieros que existen, el balance de situación es uno de los más importantes, pues recoge en un vistazo general la posición global de la compañía tras cada periodo contable. Vamos a ver en profundidad qué es un balance de situación, qué estructura tiene y qué propósito cumple, e ilustrar todo esto con un ejemplo práctico para saber interpretar correctamente un balance de situación.

¿Qué es el balance de situación?

El balance de situación es un estado financiero que forma parte de las cuentas anuales de la empresa, y que refleja la diferencia entre sus bienes y sus deudas para poder calcular, en último término, los recursos propios con los que esta cuenta.

Todos estos datos no son inamovibles, ya que muestran información que cambia constantemente: los balances de situación se comportan como «fotografías» de la posición económica y financiera de la empresa en un momento concreto del tiempo. Los momentos que se suelen elegir para calcular el balance de situación coinciden con la finalización de periodos contables, como años o trimestres.

Su principal diferencia con la cuenta de resultados es que esta es un acumulado de datos de la totalidad de un periodo contable; el balance de situación, por el contrario, es una instantánea en el tiempo de la situación financiera de la empresa.

Estructura del balance de situación

Activos

Los activos representan los bienes de la empresa, es decir, el conjunto de todos los recursos en su haber. Se distinguen según la liquidez que proporcionan a la compañía:

  • Activos fijos.
  • Activos corrientes.

Los activos fijos, también conocidos como no corrientes o inmovilizado, son todos aquellos bienes que son propiedad de la empresa desde hace más de un año, y que no son fácilmente convertibles de dinero líquido. A su vez, se subdividen en:

  1. Intangible: relativo a la propiedad intelectual (diseños, patentes, acuerdos de franquicia…).
  2. Material: relativo a bienes inmuebles (terrenos, edificios, naves…).
  3. Financiero: relativo a las inversiones a largo plazo.

Los activos corrientes, también llamados circulantes o existencias, son aquellos bienes cuya propiedad ostenta la empresa desde hace menos de un año. Se caracterizan porque son fácilmente convertibles en dinero líquido, y se subdividen en:

  1. Disponible: dinero que ya está en las cuentas bancarias de la empresa.
  2. Realizable: dinero cuya conversión está en curso (pagos de clientes, inventario, mercaderías…).

Pasivos

Por su parte, los pasivos representan las deudas de la empresa, es decir, todo el dinero que la empresa debe a otros. Se subdividen en función de su exigibilidad análogamente a los activos de la siguiente forma:

  • Pasivos fijos.
  • Pasivos corrientes.

Los pasivos fijos, también llamados no corrientes, comprenden todas las deudas de la empresa cuyo plazo de pago excede el periodo de un año. Los fondos de pensiones, bonos, préstamos y créditos a largo plazo son buenos ejemplos del pasivo no corriente.

Por su parte, los pasivos corrientes, también conocidos como circulantes, son deudas que vencen dentro de menos de un año, es decir, cuya fecha de pago está dentro de los próximos 365 días. Los créditos que vencen en las próximas fechas, los pagos a los proveedores, las nóminas de los empleados, los pagos de impuestos o el pago de alquileres son ejemplos de pasivos circulantes.

Patrimonio neto

Finalmente, el patrimonio neto, el último de los componentes del balance de situación, es la cantidad resultante de restar el total de los pasivos al total de los activos:

Patrimonio neto = Activos – Pasivos.

Este dato representa el conjunto de capital propio que la empresa financia y soporta en un momento del tiempo: refleja la capacidad que tiene la compañía de sostenerse mediante sus propios recursos financieros.

A su vez, el patrimonio neto comprende tanto las ganancias retenidas como el capital social:

  • Las ganancias retenidas son el total de ingresos que una empresa decide mantener.
  • El capital social es el dinero que han invertido los accionistas en la empresa.

¿Para qué sirve un balance de situación?

La función principal que cumple el balance de situación es ayudar a la organización a tomar las mejores decisiones posibles sobre la continuidad del negocio, proporcionando información fidedigna sobre la posición financiera de la compañía.

Para extraer el máximo partido de los balances de situación, se suelen utilizar algunos ratios financieros, unas métricas que ahondan en ciertos niveles de detalle para proporcionar información adicional sobre algún aspecto en concreto.

Vamos a ver algunos ejemplos de ratios financieros muy utilizados por las empresas:

  • Solvencia. Representa la capacidad de la empresa para responder a sus deudas valiéndose solo de su propio patrimonio. Sale de dividir los activos entre los pasivos.
  • Endeudamiento. Representa la tasa de deuda de la empresa, es decir, la proporción financiada de los recursos propios. Es el resultado de dividir los pasivos entre el patrimonio neto.
  • Tesorería. Representa qué proporción del patrimonio neto está ya convertido en dinero. Sale de dividir el total de los activos entre el pasivo corriente.
  • Liquidez. Representa la capacidad de la empresa para pagar sus deudas durante el año en curso. Es el resultado de dividir el Activo Circulante entre el Pasivo Circulante.
  • Eficiencia. Si se compara la cuenta de resultados con el balance de situación, se podrá conocer cómo de eficaces son sus activos, es decir: cuántos ingresos generan los activos de la empresa.

Ejemplo de balance de situación

I) Activo fijo: 125 500 euros

  • Inmovilizado intangible: 3000 euros.
  • Inmovilizado material: 2500 euros.
  • Inversiones inmobiliarias: 20 000 euros.
  • Inversiones financieras a largo plazo: 100 000 euros.

II) Activo circulante: 33 000 euros

  • Existencias: 15 000 euros.
  • Deudas de clientes: 5000 euros.
  • Otros deudores: 2000 euros.
  • Caja: 1000 euros.
  • Bancos: 10 000 euros.

III) Pasivo fijo: 120 000 euros

  • Préstamos a largo plazo: 100 000 euros.
  • Otras deudas a largo plazo: 20 000 euros.

IV) Pasivo circulante: 21 500 euros

  • Préstamos a corto plazo: 5000 euros.
  • Deudas con la Hacienda Pública: 2500 euros.
  • Deudas con proveedores: 10 000 euros.
  • Deudas con acreedores: 4000 euros.

V) Patrimonio neto: I + II – III – IV = 17 000 euros

Como puede verse, la suma del patrimonio neto y del pasivo dará el total de los activos.

El balance en el modelo abreviado de cuentas

Como dijimos hace unos párrafos, las empresas deben incluir el balance de situación del año en sus cuentas anuales, pudiendo presentar un modelo abreviado de cuentas.

En concreto, la condición para la presentación simplificada del balance es que concurran al menos dos de estas circunstancias durante dos ejercicios consecutivos:

  • Total de las partidas del activo inferior a 4 000 000 euros.
  • Importe neto de la cifra anual de negocios inferior a 8 000 000 euros
  • Número medio de trabajadores inferior a 50 empleados.

El modelo abreviado del balance suele tener una estructura más sencilla que el modelo general, y pueden rellenarlo las empresas que cumplan con los requisitos descritos en el párrafo anterior. No obstante, las sociedades que dejen de cumplir con alguno de estos puntos ya no podrán presentar el modelo abreviado de cuentas, y tendrán que cumplimentar los modelos estándares definidos en el Plan General de Contabilidad.

El balance de situación constituye una de las mejores herramientas para que la empresa sea consciente de su posición económica y financiera: en un vistazo rápido, se puede ver el estado de los recursos propios, poniendo en contraposición tanto los bienes como las deudas de la sociedad. De su correcta interpretación dependerá la toma de decisiones posterior sobre el rumbo de la compañía.

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