Gestión de jornada intensiva

La jornada intensiva es un tipo de jornada especialmente atractiva para los trabajadores, porque les permite aprovechar mejor su tiempo y conciliar su vida personal y profesional.

Cada vez son más las empresas que se animan a implantar el horario intensivo durante una determinada época del año (generalmente en verano) o algunos días de la semana (habitualmente los viernes). Algunas incluso están probando ya a implantar esta jornada de forma permanente.

Qué es la jornada intensiva

Es jornada continua aquella que se lleva a cabo sin pausas o interrupciones, más allá de los 15 minutos de descanso que el Estatuto de los Trabajadores recoge como obligatorios cuando el tiempo de trabajo excede de seis horas seguidas.

Se trata justo de lo contrario a la jornada partida, que suele ser la habitual en España, en la que se realiza una pausa más o menos larga a la hora comer, lo que provoca que el horario de salida del trabajo se retrase.

Uno de los grandes problemas para la conciliación es que las jornadas laborales se alargan más de lo necesario. Los empleados trabajan de media ocho horas al día, pero en realidad, pasan mucho más tiempo en su lugar de trabajo, porque la mayoría de ellos no pueden aprovechar para irse a casa en el rato de la comida.

Así, podemos encontrarnos con personas que entran a trabajar a las 8 de la mañana y, sin embargo, no abandonan la oficina hasta las 18 horas. Esto ocurre porque lo habitual es que entre la mañana y la tarde haya un descanso de hora y media o dos horas para comer. Si a esto le sumamos el tiempo que hay que invertir en el desplazamiento de casa al trabajo, y viceversa, muchos trabajadores pasan más de 12 horas al día fuera de casa, lo que hace imposible la conciliación.

Frente a este problema, la jornada laboral intensiva se perfila como la solución más idónea. Al eliminar el tiempo de la comida, los empleados pueden irse a su casa mucho antes. No supone trabajar menos, sino hacer una gestión más eficiente del tiempo.

Regulación de la jornada de trabajo intensiva

El Estatuto de los Trabajadores no hace una mención expresa a este tipo de jornada de trabajo, por lo que para conocer su regulación hay que acudir al convenio colectivo que resulte de aplicación en cada caso concreto. Si esta norma fruto de la negociación colectiva tampoco dice nada sobre el tema, se atenderá a la política interna de cada empresa.

Mientras no se exceda la jornada máxima anual fijada legalmente, no suele haber mayor problema para que cada empresa organice el tiempo de trabajo en la misma de la forma que considere más adecuada. Eso sí, con independencia del tipo de jornada aplicada, la obligación de realizar el control horario del tiempo de trabajo siempre existe.

Cuántas horas se trabaja durante la jornada intensiva de verano y de viernes

En empresas o sectores que aplican la jornada intensiva durante todo el año, el tiempo de trabajo suele estar dividido en jornadas de 8 horas diarias que pueden hacerse en turnos de mañana, tarde o noche, incluso en turnos rotativos.

En el caso de compañías en las que este tipo de jornada solo se aplica los viernes, o durante el período estival, lo que se hace es una compensación de horas. Por ejemplo, durante la jornada intensiva de verano se trabajan menos horas (lo habitual es hacer siete horas al día en lugar de ocho), y esa hora de trabajo que se pierde cada día se compensa al volver al horario de invierno.

En las empresas que aplican la jornada intensiva solo los viernes, lo habitual es que el último día de la semana se trabaje un poco menos y de lunes a jueves se trabaje un poco más de tiempo para compensar.

Cómo implementar la jornada intensiva en tu empresa

Aunque el convenio colectivo que se aplica en tu sector de actividad no diga nada al respecto, puedes implantar la jornada continua en tu empresa. Puedes establecer una jornada de este tipo para todo el año, solo los viernes, o únicamente durante el verano.

Lo recomendable en estos casos es que inicies un diálogo con los representantes de los trabajadores para conocer el sentir de la plantilla con respecto a un ajuste en su horario. Aunque te aseguramos que, en la mayoría de los casos, este cambio suele ser bien aceptado.

Si la idea es bien recibida, lo siguiente que hay que hacer es fijar el nuevo horario. En España, la jornada intensiva se aplica especialmente en los turnos de mañana, y lo más común es trabajar de 8:00 a 16:00 o de 7:00 a 15:00 horas. Algunas empresas incluso distinguen entre el horario de verano y el de invierno. De esta forma, en invierno trabajan de 8:00 a 16:00 horas y en verano de 7:00 a 15:00 horas. En cualquier caso, como hemos señalado antes, continúa siendo obligatorio hacer un control horario para que la Autoridad Laboral pueda comprobar que no se están trabajando horas de más, así que conviene determinar qué aplicaciones para fichar en el trabajo se van a emplear.

En jornadas continuadas no hay una pausa para comer, y es eso precisamente lo que permite que los empleados salgan antes, pero eso no quiere decir que no haya descanso. El Estatuto de los Trabajadores establece que, en las jornadas sin pausa de más de seis horas de duración, los empleados tienen derecho a un descanso de 15 minutos. Así que vas a tener que establecer la forma en que se va a disfrutar de este descanso, para que todo el mundo acceda a él, pero no lo hagan todos los empleados al mismo tiempo. Lo habitual es reconocer ese lapso como tiempo efectivo de trabajo. Es decir, que los trabajadores no tienen que recuperarlo después.

¿Qué ocurre con los trabajadores a tiempo parcial?

La jornada intensiva está pensada para aquellos que tienen un contrato a jornada completa. Si en tu empresa hay empleados contratados a tiempo parcial, el paso a un sistema de trabajo continuado no implica necesariamente que deban trabajar menos horas. La clave está en ajustar su tiempo de trabajo dentro del nuevo horario.

Por ejemplo, si el horario de tu empresa ha pasado a ser de 7:00 a 15:00 horas, los empleados con contrato a tiempo parcial pueden trabajar de 7:00 a 11:00 o de 11:00 a 15:00 horas.

¿Y si tienes autónomos trabajando en tu negocio?

Supongamos que tienes algunas de las tareas externalizadas y cuentas con uno o varios autónomos que desempeñan estas labores desde tus instalaciones. Estos tienen la opción de negarse al nuevo horario de trabajo, ya que tienen derecho a gestionar su tiempo de trabajo con total libertad. No obstante, lo más probable es que estos profesionales no tengan ningún inconveniente para ajustar su tiempo de trabajo, y estarán más que dispuestos a renunciar a la pausa de la comida si, a cambio, pueden irse a casa unas horas antes.

Explica una persona a otra como funciona la jornada intensiva.
Dos trabajadoras discutiendo sobre la jornada intensiva.

Beneficios y desventajas de la jornada intensiva

Beneficios

  • Mejora la conciliación. Permite que los empleados tengan más tiempo libre cada día, lo que les permite compatibilizar mejor su trabajo con su vida personal, atendiendo a sus responsabilidades familiares, o disfrutando del ocio.
  • Reduce el estrés. Al no tener que pasar gran parte de su día a día en el trabajo, los empleados están mucho más relajados, porque disponen de más tiempo para atender a otros aspectos de su vida.
  • Incrementa la autoestima. El tiempo es un bien valioso que no tiene precio, y carecer de él provoca la sensación de no tener control sobre la vida de uno mismo. Por el contrario, si le damos a una persona un mayor control sobre su tiempo, su autoestima sube.
  • Mejora la imagen de la empresa como empleadora. Logrando que resulte más atractiva para aquellas personas talentosas que están buscando trabajo.
  • Aumenta la motivación y la productividad. La jornada intensiva da lugar a empleados más relajados y felices, lo cual influye positivamente tanto en su motivación como en su nivel de productividad.

Inconvenientes

  • Hay sectores en los que no se puede aplicar. Por mucho que se quiera implantar, hay sectores como el comercio o la hostelería en los que esta forma de trabajar es totalmente inviable.
  • Incompatibilidad horaria. En algunos casos, el cambio de horario de la empresa puede convertirse en un problema para sus clientes y/o proveedores.
  • Aumento del estrés. Si el cambio de jornada no va unido a una mejor redistribución de las tareas y una mejor gestión del tiempo de trabajo, los niveles de estrés en algunos empleados pueden ascender.

Aunque hay algunos inconvenientes, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, con la jornada intensiva salen ganando tanto la empresa como sus trabajadores. Es por ello que cada vez más negocios están abordando esta forma de trabajar y comprobando de forma directa todos sus beneficios.

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