Umbral de rentabilidad – ¿Qué es el umbral de rentabilidad?

El umbral de rentabilidad es la cantidad de productos o servicios que una empresa o autónomo tendría que vender para equilibrar sus costes de forma exacta, convirtiéndose así en unos de los factores más influyentes para conocer la viabilidad financiera de tu negocio.

Uno de los parámetros más influyentes para estudiar la viabilidad financiera de los negocios es el umbral de rentabilidad, un factor que determina cuánto tiene que vender una empresa para cubrir sus costes estructurales. Vamos a ahondar en su definición y a estudiar cómo se calcula el umbral de rentabilidad con unas sencillas fórmulas.

Qué es el umbral de rentabilidad

El punto muerto o umbral de rentabilidad es la cantidad de productos o servicios que una empresa o autónomo tendría que vender para equilibrar sus costes de forma exacta. En otras palabras, el punto muerto de un negocio nos lo da un escenario en el que los ingresos por ventas neutralizan totalmente la cuantía total de sus costos.

Al calcular el punto muerto en términos generales, estaríamos averiguando qué cantidad de dinero tendría que facturar o cobrar una empresa para llegar a un escenario de cero pérdidas y cero ganancias. Este factor es crucial para definir la viabilidad económica del negocio, porque:

  • Si las ventas están por debajo del umbral de rentabilidad, la empresa estará perdiendo dinero.
  • Si las ventas solo cubren el umbral de rentabilidad, la empresa no podrá crecer por sí misma.

Como veremos en el apartado de los ejemplos, cuando una empresa comercializa distintos productos y servicios, el umbral de rentabilidad puede calcularse individualmente y luego sumar y promediar los resultados. Esto es así porque, aunque algunos productos que se vendan no sean rentables «por sí solos», es posible que existan otros cuya rentabilidad sea sensiblemente mayor y, por lo tanto, equilibren la balanza al final.

Una de las mejores formas de tener bajo control el umbral de rentabilidad es mediante un ERP. En este artículo hablamos sobre qué es y como puede ayudarte un ERP en tu negocio.

Cómo calcular el umbral de rentabilidad

Antes de entrar en detalles, es preciso definir algunos conceptos previos.

  • Costes fijos. Son los costes ineludibles e inherentes a su actividad que toda empresa tendrá que satisfacer. Comprenden gastos como el alquiler de naves, locales, almacenes u oficinas, la compra y el mantenimiento de herramientas y equipos de trabajo, los costes de personal y/o de recursos para prestación de servicios, o algunas obligaciones financieras fijas con las administraciones públicas.
  • Costes variables. Son costes que fluctúan y que no se pueden predecir a priori, ya que los escenarios que los causan también cambian. Algunos ejemplos de costes variables son la adquisición de materias primas, o las obligaciones tributarias variables.
  • Precio de venta. Es el coste de adquisición por parte de los clientes de los productos o servicios que la empresa comercializa.

La fórmula del punto muerto consiste simplemente en dividir los costes fijos totales entre el margen de contribución:

Umbral de rentabilidad = Costes fijos / Margen de contribución

En esta fórmula, el margen de contribución se calcula restando al precio de venta los costes variables:

Margen de contribución = Precio de venta – Costes variables

Cada producto o servicio unitario que se venda debe contribuir a cubrir en mayor o menor medida la parte proporcional de los costes estructurales que son necesarios para su producción y comercialización.

La fórmula del punto muerto evidencia que, cuanto mayores sean los costes variables, mayor tendrá que ser el margen aplicado al precio del producto o servicio para su venta. Esto se debe a que el umbral de rentabilidad siempre se calcula en un periodo de tiempo. Por consiguiente, el escenario ideal es conseguir vender el mínimo de unidades posible para cubrir los costes estructurales, y ya plantearse crecer y ganar dinero a partir de dicho punto.

Esto es así porque, de lo contrario, si la empresa apenas cubre sus costes estructurales (fijos y variables) con el margen unitario de cada producto, tendrá que vender muchos productos en muy poco tiempo para alcanzar el umbral de rentabilidad.

Es fácil prever que este plan es arriesgado: la empresa podría no ser capaz de autosostenerse, ya que se vería forzada a alcanzar grandes cifras de ventas para conseguir la rentabilidad deseada.

En una empresa se debe tener un buen programa para hacer facturas, independientemente del número de productos o servicios que se vendan.

Ejemplo de umbral de rentabilidad

Vamos a calcular el punto muerto o de equilibrio de una pequeña empresa que se dedica a la distribución minorista de dos tipos de productos. Para simplificar los cálculos y hacer más comprensibles los resultados, fijaremos el periodo de tiempo en un mes.

Primero, analizaremos sus costes fijos mensuales:

  • Alquiler de nave (con oficina y almacén): 1300 euros.
  • Suministros esenciales: 200 euros.
  • Amortización de herramientas: 150 euros.
  • Sueldo de la plantilla: 5000 euros.
  • Costes de Seguridad Social: 1600 euros.

El total de los costes fijos sería de 8250 euros.

Dado que el precio de venta de los productos del ejemplo oscilaría según gama y prestaciones, supongamos tres modelos:

  1. Precio de venta del modelo A: 250 euros.
  2. Precio de venta del modelo B: 800 euros.

Los costes variables mensuales serían el precio al que la empresa ha adquirido las existencias durante este periodo:

  • Compra de mercaderías modelo A: 200 euros.
  • Compra de mercaderías modelo B: 600 euros.

El cálculo del margen de contribución queda así:

  1. Margen de contribución A = 250 – 200 = 50 euros.
  2. Margen de contribución B = 800 – 600 = 200 euros.

El punto muerto nos daría las siguientes unidades por producto que habría que vender para cubrir todos los costes:

  1. Umbral A: 8.250 / 50 = 165 uds.
  2. Umbral C: 8.250 / 200 = 41,25 uds.

Por lo tanto:

  • 165 x 250 = 41 250 euros vendiendo solo el modelo A.
  • 41,25 x 800 = 33 000 euros vendiendo solo el modelo B.

Si una empresa vendiera muchas más unidades de un producto “barato”, dicha cifra tendría que ser sensiblemente alta para alcanzar el umbral de rentabilidad dentro del mes en curso. En cambio, el umbral se alcanzaría antes con una mayor cantidad de ventas de productos con un margen más alto.

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