Los fondos propios son el parámetro que más información nos da sobre la solvencia de una empresa: estos comprenden las aportaciones de capital de los socios junto con los beneficios (y pérdidas) que se haya generado. A continuación, vamos a definir con detalle qué son los fondos propios y algunas ideas para manejarlos.
Índice de contenidos
¿Qué son los fondos propios?
Los fondos propios, estrictamente hablando, son la suma de todo el capital que una empresa ha ganado o perdido mediante su propia constitución y el ejercicio de sus actividades económicas.
En la práctica, es la suma de las aportaciones de capital que hayan realizado los socios en el momento de la constitución de la sociedad (y en subsiguientes ampliaciones / reducciones de capital), las reservas o fondos conservados de ejercicios previos, y el resultado de la cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio actual.
Y aplicando una terminología puramente contable, los fondos propios en el balance son la diferencia entre el activo de la sociedad y sus deudas; se les conoce comúnmente como patrimonio neto.
Por consiguiente, pueden existir fondos propios negativos: esta situación se da cuando una empresa tiene más deudas que activos, y suele ser indicador de que la sociedad está al borde de la bancarrota.
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Consejos sobre los fondos propios
El hecho de contar con sustanciosas aportaciones de capital puede ser algo engañoso. Normalmente, los socios que han invertido en la empresa esperan un retorno de dividendos superior al capital aportado, lo cual daría una falsa sensación de solvencia, ya que la sociedad podría tener que retribuir a los socios por una cantidad superior.
Además, si la empresa da pérdidas, el valor de los fondos propios también se reducirá: será indispensable destinar los beneficios todo lo rápido que se pueda para restituir la cantidad original del patrimonio neto, y empezar a crecer a partir de ese punto.
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La solvencia de una empresa viene, en gran medida, determinada por la cuantía de sus fondos propios; como hemos podido comprobar, estos también están sometidos a fluctuaciones derivadas de situaciones muy comunes. Es recomendable siempre preservarlos para garantizar el buen estado financiero de la organización.
