La subrogación es una figura legal con una larga tradición histórica. Su peculiaridad reside en que produce un cambio en la persona obligada a cumplir con una obligación (generalmente de carácter económico) o en quién puede exigir el cumplimiento de la misma.
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¿Qué es la subrogación?
Es un acto que implica el cambio de una persona por otra dentro de una relación jurídica. Asumiendo el subrogado los deberes y derechos que antes ostentaba aquel a quien ha sustituido.
Aunque hay diferentes tipos de subrogaciones, la más común es la que se produce dentro de relaciones de carácter económico. Cambiando la persona del acreedor o del deudor. Por ejemplo, podemos tener una subrogación dentro de un préstamo hipotecario o en un contrato de compraventa.
El Código Civil establece que puede llevarse a cabo sin necesidad de que se firme un nuevo contrato. Hay casos en los que, sencillamente, se presume que ese cambio en la persona se ha llevado a cabo. Un caso típico es cuando un tercero ajeno a la relación entre acreedor y deudor abona la deuda previa aprobación por parte de quien estaba obligado originariamente al pago.
Tipos de subrogación
Subrogación personal
Del acreedor
Todos los derechos que ostenta el acreedor para recibir el cumplimiento de la obligación o reclamar judicialmente, si este no se produce, pasan a otra persona o entidad.
Del deudor
En este caso el cambio se produce en la persona del deudor. Un tercero se integra en la relación jurídica y asume los derechos y obligaciones que implica la misma. Es decir, a partir de ese momento será responsable de pagar la deuda, liberando de responsabilidad al deudor original.
La particularidad de esta subrogación es que, para llegar a ser efectiva, requiere que haya aprobación por parte del acreedor. Porque este debe asegurarse de que el nuevo obligado tiene solvencia suficiente.
Subrogación real
En este caso, la sustitución no afecta a una persona sino a un bien. Pero debe existir una relación de causalidad entre la salida de un bien del patrimonio de una persona y la entrada de otro que ocupa el mismo lugar que el anterior.
Cuando la Administración expropia un terreno a un particular y le entrega a cambio una indemnización, estamos ante un supuesto de subrogación real. La finca sale del patrimonio del interesado y su lugar es ocupado por el dinero que se entrega a modo de compensación.
Ejemplos de subrogación personal
En el caso de la subrogación hipotecaria se puede apreciar fácilmente la subrogación del acreedor y del deudor.
Subrogación del acreedor
Pedro compró una vivienda en 2005. Le quedan cinco años para terminar de pagarla, pero ha encontrado un banco que le ofrece mejores condiciones que las que tiene ahora mismo. Así que decide llevarse su hipoteca a otra entidad.
El cliente no necesita la aprobación de su banco actual para cambiar. A lo único que está obligado es a escuchar la contraoferta que su entidad le haga. Si no le convence, es totalmente libre de cambiar de acreedor.
Subrogación del deudor
Supongamos ahora que Pedro quiere vender su casa, pero todavía no ha terminado de pagar la hipoteca. Juan se ha mostrado interesado en adquirirla, y estaría dispuesto a quedarse con el préstamo hipotecario del actual propietario.
Ambos plantean la situación ante el banco que concedió la hipoteca, porque es el acreedor. La entidad examinará la solvencia de Juan y, si considera que todo es correcto, autorizará la subrogación. Una vez firmados los papeles, Pedro quedará liberado de su deuda con respecto al banco y Juan se convertirá en el titular del préstamo hipotecario que pesa sobre la vivienda que ha adquirido.
La subrogación es una figura jurídica muy práctica, porque ayuda a proteger los intereses tanto de los acreedores como de los deudores, reduciendo el riesgo de que se produzca un incumplimiento de la obligación.
