Devolver un recibo que se ha cobrado a través de una domiciliación bancaria es una operación que hay que abordar con cuidado, porque no siempre es posible. Incluso aunque el banco permita hacer la devolución, existe la posibilidad que el acreedor no acepte esta medida y exija de nuevo el pago, e incluso intereses por la demora.
Por eso, antes de tomar una decisión, conviene valorar si esta es la mejor alternativa o si, por el contrario, compensa más hablar con el emisor del recibo e intentar solventar la situación de otra manera.
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¿Cómo devolver un recibo?
Domiciliar los pagos consigue que atender a las obligaciones económicas resulte mucho más rápido y sencillo. Es el acreedor el que se encarga de girar el recibo a la cuenta bancaria indicada por el deudor, y recibe el pago de manera inmediata.
Sin embargo, no siempre el pagador está de acuerdo con lo que ha abonado. Puede que no esté conforme con la cantidad cobrada, o que ya no quiera recibir más el servicio o producto por el que está pagando. Sea cual sea el motivo, tiene la opción de devolver el recibo.
La regla general es que se pueden devolver todos los recibos que se cargan en una cuenta bancaria, sin necesidad de tener que justificar nada ante el propio banco.
La excepción son los recibos cargados directamente por el banco, como el que corresponde al préstamo de la hipoteca o al importe de una comisión. En este caso, solo es posible cursar la devolución si se ha producido algún tipo de error.
El trámite es muy sencillo, lo único que hay que hacer es indicarle a la entidad bancaria cuál es el recibo o recibos que se desean devolver. Esto puede hacerse acudiendo a la sucursal y operando a través de la ventanilla, pero lo más habitual y cómodo es hacerlo a través de la web o la app del banco, incluso de su servicio de atención telefónica al cliente.
También es posible hacer la devolución a través de un cajero automático. Solo hay que buscar la operación que hace referencia a “gestión de recibos”, “devolver recibo”, o fórmulas semejantes.
Además, hay que tener en cuenta que hay casos en los que es directamente la entidad bancaria la que va a proceder a la devolución de un recibo. Esto sucede si, al girar un proveedor de servicios un cargo, el deudor no tiene dinero suficiente en su cuenta para pagar. Ante una situación de descubierto, el banco puede optar por devolver el recibo al emisor.
Otra cuestión importante que hay que conocer es que el cliente puede pedirle a su entidad bancaria que, en el futuro, deje de abonar recibos procedentes de determinadas empresas.
¿Cuánto tiempo tengo para devolver un recibo?
Aquí hay que distinguir dos supuestos. Si se trata de un recibo cuya domiciliación ha sido previamente autorizada por el pagador, el plazo máximo de devolución es de ocho semanas (50 días).
Si lo que se ha cobrado es un recibo no autorizado, el plazo se extiende hasta los 13 meses en virtud de lo que dispone el Real Decreto-Ley 19/2018, de 23 de noviembre, de servicios de pago y otras medidas urgentes en materia financiera.
En ambos casos, el plazo para devolver o rechazar el recibo empieza a computar desde la fecha en la que se realizó el cargo en la cuenta corriente.
Aunque no es algo que suceda todos los días, es posible recibir cargos erróneos en la cuenta, bien porque no corresponden a ningún servicio contratado, o porque hay algún error en la cuantía. De ahí la importancia de supervisar periódicamente las cuentas, a fin de asegurarse de que todo es correcto y poder tomar medidas a tiempo si no fuera así. En el caso de las empresas, esto se lleva a cabo a través de una operación tan sencilla y práctica a la vez como lo es la conciliación bancaria.
Consecuencias de devolver un recibo
Tras cursar la solicitud, lo normal es que el banco apruebe la devolución y proceda a reintegrar en la cuenta corriente del titular el importe íntegro del recibo revocado. Tiene un plazo máximo de 10 días para hacerlo, pero lo habitual es que el reintegro se haga de manera inmediata.
Sin embargo, también cabe la opción de que la entidad bancaria se niegue a la devolución, generalmente, porque no puedo devolver un recibo si la operación está fuera del plazo legalmente previsto. Sea cual sea el motivo por el que el banco se niega a la devolución, en estos casos se puede iniciar una reclamación judicial o extrajudicial.
Otra cuestión es el efecto que tiene la devolución del recibo dentro de la relación entre el acreedor y el deudor.
Si el prestador del servicio que ha pasado el recibo no está de acuerdo con la devolución del mismo, lo normal es que inicie un procedimiento de reclamación frente al deudor. Incluso podría girar de nuevo el recibo.
Si el deudor se niega al pago, el acreedor puede tomar medidas extrajudiciales como proceder a la inscripción de su cliente en un fichero de morosos, o presentar una reclamación en vía judicial para cobrar su crédito.
Además, si el recibo devuelto corresponde a un suministro como la luz, el agua, etc., la compañía que presta el servicio está en su derecho de cortar el suministro hasta que no se resuelva la situación.
Precisamente por ello, es necesario pensarlo bien antes de devolver un recibo. Dado que el plazo para la devolución es amplio, es conveniente hablar en primer lugar con el acreedor para intentar resolver el problema. Si se ha producido un error, o cualquier otra circunstancia que haga que el cliente tenga razón en querer devolver el recibo, el prestador del servicio lo acabará aceptando.
Lo que debe quedarte claro es que, en la mayoría de los casos, se puede devolver un recibo, pero esto puede traerte consecuencias negativas con respecto a tu acreedor. Para evitarlas, intenta negociar con él para que acepte la devolución sin problemas.
